Descubriendo Mérida con la Tribu
Mérida no era nuestra primera opción para la Semana Santa de este año, de hecho no estaba en nuestros planes que eran mucho más ambiciosos y que no eran otros que hacer un road trip hasta Roma para pasar allí cinco días completos. Pero con los precios desorbitados del combustible en estos tiempos que corren no nos quedó otra que cancelar el plan y buscar alternativas y dado que nuestro objetivo era ver restos de la Roma clásica pero haciendo unos cuantos kilómetros menos, finalmente se me activó la neurona y empecé a buscar (tarde en fechas para ser Semana Santa, eso es verdad) alojamiento en Extremadura y más en concreto en la que llaman la «Pequeña Roma» o lo que es lo mismo, la antigua Augusta Emérita que hoy todos conocemos como Mérida. Finalmente hubo suerte y encontré un apartamento a través de booking que cumplía con todos los requisitos que esta tribu con niños y perro busca en sus viajes: funcionalidad, ´facil aparcamiento, buena situación y si no es posible evitar el suplemento por mascota, que al menos este no sea desorbitado y he de decir, que el Apartamento Circo Romano superó nuestras expectativas.
En nuestra opinión Mérida es una ciudad que bien a gusto puede precisar de 3 días completos si queréis disfrutar de todas las posibilidades que os ofrece en cuanto a garantizar que visitáis sus imprescindibles e igualmente los principales museos y enclaves más singulares del centro de la ciudad y más en concreto de su casco antiguo. Y os decimos tres días si viajáis sin niños o con niños que están ya habituados a realizar turismo de tipo cultural y entre medias queréis aprovechar para disfrutar sin prisas de su gastronomía y del ambiente de la ciudad. Si además vais con mascota, entonces tendréis que valorar el sumarle un día más si queréis visitar la mayor parte de lo que la ciudad os ofrece (una vez allí y si podéis sería una pena no hacerlo), ya que no os quedará otra que turnaros para acceder a los enclaves singulares y a sus museos al no admitirse en ellos la entrada de perros u otras mascotas en ellos.
En nuestro caso hemos de decir que el tiempo (con una lluvia intensa que nos debimos llevarnos sin darnos cuenta en una nube desde Galicia ) no acompañó demasiado y que al haber tenido que improvisar un poco el viaje, llegamos a Mérida con la intención de hacer dos noches allí y disfrutar de ese modo de la tarde de nuestra llegada, un día completo y la mañana de nuestra partida hacia Portugal. Por eso, y teniendo en cuenta lo que nos dio tiempo a ver en ese espacio de tiempo, os recomendamos que optéis por no bajar de tres días de estancia, porque si sois personas que no os gusta ir de acá para allá corriendo, (a mi personalmente me estresa), veréis que es una ciudad pensada para visitar con calma, para empaparse fundamentalmente de su legado romano y de su legado árabe. Además, si viajáis en otro período como el estival, es probable que ciertas horas del día tampoco sean las más idóneas para callejear por la ciudad a no ser que quieras deshidratarte.
Cómo organizar vuestra visita al conjunto histórico – arqueológico de Mérida.
Personalmente y teniendo claro que visitar el Teatro, el Anfiteatro y el Circo Romano era algo que sí o sí no podía faltar en nuestra visita a la ciudad, lo primero que hicimos fue entrar en la página de Turismo de Mérida y dejarnos guiar un poco por sus recomendaciones, adaptándolas por su puesto a nuestras posibilidades y a nuestro tiempo allí. Una de las cosas que más me interesaba saber, dada la cantidad de lugares singulares que tiene la ciudad y sabiendo que con los pequeños guerreros y el peludo rastreador debes de jugar con un margen de error de dos horas respecto al plan previsto, eran los horarios de apertura y cierre de sus monumentos, museos y edificios singulares, sus precios, sus condiciones de acceso y si la ciudad ofrecía algún tipo de pase para disfrutar de su conjunto histórico y arqueológico a un precio reducido. Por supuesto, comprobar que efectivamente la ciudad ofrecía esta opción (o más bien diversas opciones) a un precio francamente interesante fue una alegría para ésta que está escribiendo esto.
Planificar cuando se viaja con niños y con perro no siempre es fácil, pero cuando optas por turismo cultural y visitas una ciudad de una riqueza artística tan grande como Mérida, sí que es importante no llegar a ella como quien se enfrenta a una página en blanco.
Así pues optamos por adquirir a través de turismodemerida.org la entrada al conjunto completo que por 16€ (precio adultos) y con entrada gratuita para los pequeños guerreros de la tribu al ser menores de 12 años nos daba acceso (por un total de 32€) a los siguientes recintos monumentales:
- Circo Romano
- Casa del Anfiteatro
- Teatro y Anfiteatro Romano
- Centro de Interpretación del Templo de Diana
- Casa del Mitreo-Columbarios
- Alcazaba Árabe
- Conjunto Arqueológico de Morería
- Cripta de la Basílica de Santa Eulalia
Este precio es para visitas sin guía, pero lo interesante de la entrada es que no caduca, es decir, puedes acceder a los monumentos en uno o varios días adaptando de este modo tu visita a tus necesidades.
¿Quiere esto decir que esto es todo lo que se puede visitar en Mérida? Nada más lejos de la realidad porque la ciudad de Mérida te ofrece un montón de posibilidades, con el añadido de que muchas ellas son de acceso gratuito. De hecho y por ponerte un símil, si has estado por Roma, igual coincides conmigo en que una de las cosas más maravillosas de callejear por ella, es que en ese ir y venir por sus calles, de repente te encuentras con un resto arqueológico, un monumento o un elemento arquitectónico fascinante. Pues en Mérida y como la pequeña Roma que es, verás que te pasa algo similar. Ir caminado de manera random por sus calles y encontrate con el Arco de Trajano, descubrir sus acueductos, o el templo de Diana, son algunos de esos elementos arquitectónicos que seguro te ilusionará descubir.
Aclarado esto te contamos como organizamos nuestra visita aprovechando la tregua intermitente que el clima nos ofreció en nuestra estancia el la ciudad.
Al estar nuestro apartamento (Apartamento Circo Romano) en la Avenida de Juan Carlos I, lo más lógico y oportuno era empezar nuestro periplo por el conjunto arquitectónico visitando el Circo Romano (al que por cierto teníamos vistas privilegiadas desde nuestra terraza de la cocina).
Nada más entrar accederéis al pequeño centro de interpretación, donde conocer los orígenes del circo, ubicarlo en su espacio temporal de máximo esplendor y conocer qué eventos se llevaban a cabo en el mismo. Además, desde sus dos miradores tendréis una visión panorámica suya, antes de descender nuevamente para poder pasear a lo largo de los restos conservados de un gran circo que albergaba en sus gradas hasta 30.000 espectadores aunque según el peque de la tribu «no era un circo, sino un campo de fútbol gigante».
En diferentes puntos del recinto podréis pararos a leer sus paneles informativos a través de los cuales podréis conocer más curiosidades y aspectos característicos, tanto de la estructura del circo en la antigüedad como de las actividades en él desarrolladas.
Finalizada la visita al circo y dado que no hay que hacer otra cosa que cruzar la calle, podréis ver más de cerca los restos del acueducto y las Termas de San Lázaro. Ambas son de visita libre, por lo que no es necesario hacer uso de la entrada del conjunto arquitectónico.
Nuestra siguiente opción por su proximidad a los anteriores y porque para nosotros era nuestro lugar de visita prioritario, fue dirigirnos hacia el Teatro y el Anfiteatro de Mérdia, eso sí, previa parada en un parque infantil (ya se sabe que con niños, donde hay un parque este se convierte en otro enclave prioritario, aunque en este caso sea para los más pequeños). Al llegar allí y antes de entrar en el Teatro y el Anfiteatro no es para nada una mala idea visitar la Casa del Anfiteatro (a la que accederéis igualmente si habéis adquirido la entrada conjunta) y que para mi es realmente interesante y donde podréis apreciar y disfrutar de algunas zónas súper bien conservadas / restauradas como son los mosaicos de los pasillos de lo que en su día fue el jardín interior.
El siguiente destino, como no puede ser de otro modo, es visitar el Teatro y el Anfiteatro, de los que solo os puedo decir que superaron nuestras expectativas y de verdad que estas eran ya de por sí muy elevadas. El recinto os mostrará una ruta recomendada para hacer el recorrido y os recomiendo que la hagáis, ya que está pensada para que os vayáis sorprendiendo y que disfrutéis de la experiencia de «menos» (si es que podemos hablar de menos, porque hasta me da cosa) a «más».
Nosotros empezamos la ruta por la parte alta del anfiteatro, bordándolo hasta llegar a la zona de gradas que descendimos para llegar a la «arena» y hacer un recorrido 360. Durante el trayecto una vez más no faltan los paneles informativos, pero igualmente, si queréis profundizar más, recordad que disponéis de la opción de visita guiada, ya sea a través de activa viajes que colabora con turismo de Mérida o por supuesto a través de Civitatis.
Para acceder al Teatro en nuestro caso lo hicimos desde la parte baja, para posteriormente subir a las gradas y volver a descender, y es que sin duda es un espacio en el que quedarte mucho, mucho tiempo recorriendo cada esquina y fascinándote con cada detalle.
Los únicos inconvenientes en nuestro caso fueron, por un lado que al no poder entrar mascotas dentro del recinto, no pudimos hacernos fotos en familia al completo, que habría sido sin duda algo genial para guardar en nuestro rincón de coleccionar momentos, pero ya sabemos que todo no puede ser, así que nos conformamos con fotos «dos a dos», fotos donde sin duda los protagonistas fueron el propio teatro y anfiteatro y fotos menos apañadas a golpe de «palo-selfie», y por otro que amenazando lluvia a partir de las cuatro de la tarde y teniendo que entrar en dos turnos, al final tienes que dedicarle menos tiempo del que te gustaría y es que de verdad, como os decía con anterioridad creedme que es un lugar que invita a quedarte sentado horas sencillamente contemplándolo.
Terminada la visita, podéis optar por proximidad bien dirigiros hacia el casco antiguo y zona más céntrica de la ciudad (hacia Plaza de España) y aprovechar para visitar el Templo de Diana y su Centro de Interpretación o ir en dirección opuesta hacia la Casa del Mitreo-Columbarios. Nosotros íbamos a optar por la primera opción para aprovechar y parar a comer pero tuvimos que cambiar de planes y buscar una alternativa de urgencia ya que la lluvia se adelantó una hora y de qué manera. Así que un plan muy socorrido y más viajando con niños es subirse al tren turístico que además, ¡sorpresa! admite acceso a mascotas de todos los tamaños, con la única condición de que vayan atados. Así que ¡punto para el tren turístico y para él que nos fuimos!
Durante aproximadamente unos 40 – 45 minutos el tren recorre muchos de los puntos más representativos de la ciudad, mientras el audioguía te va hablando de la historia de la cuidad, tanto de la época del imperio romano, como de la invasión musulmana o los visigodos. Para ir con niños pequeños como digo es muy buen plan porque te ayuda a ubicarte en cuanto a cuáles son las distancias reales entre unos puntos y otros y si va a merecer la pena ir con ellos (como por ejemplo al conjunto arqueológico de la Morería) o si por el contrario va a ser demasiado denso para los peques. De hecho, en nuestro caso tanto este último como la alcazaba los dejamos como lugares pendientes de visitar para cuando el peque de apenas 5 años sea un poquito más mayor, porque todos conocemos el dicho de «mejor poco y bien que mucho y mal».
El precio de los billetes es más que asequible: 4,50€ para adultos y 2,50€ para niños de 2 a 12 años. Menores de 2 años no pagan billete y no es necesario pagar ningún suplemento por subir a nuestra mascota.
Indicar, por si hubiese más opciones en la ciudad, que en nuestro caso subimos a Tour & Tren Hnos. Márquez, S.L., junto al museo de Arte Romano y Teatro Romano.
Otros lugares de Mérida que si puedes te aconsejamos visitar:
Como ya os he dicho, Mérida es arte en estado puro, su riqueza arquitectónica es brutal y muestra de ello es por ejemplo su Puente Romano, que atraviesa el río Guadiana y que mide algo más de 790 metros. Una brutalidad si tenemos en cuenta que data del siglo I a.C, y de verdad que me explota la cabeza al pensar en lo que tuvo que ser desde un punto de vista de ingeniería el construir algo así en esa época. En la actualidad está destinado a uso peatonal, en concreto desde la construcción de su puente vecino (el Puente Lusitania), proyectado por Santiago Calatrava.
Cerquita del Puente podréis ver también los restos del acueducto de los Milagros, que si bien no está en el estado en el que se encuentra el de Segovia, merece igualmente que visitemos sus restos que además veréis que tienen una forma notablemente distinta a su tocayo segoviano.
Ya volviendo hacia el casco histórico y cerquita de la Morería os encontraréis con la Loba Capitolina, que amamantó a Rómulo y a Remo según cuenta la mitología.
Una vez os adentréis en el casco histórico y para cerrar el círculo en cuanto a vuestro periplo por el arte romano de la cuidad, localizar el arco de Trajano y posteriormente perderse callejeando por sus calles hasta acabar en la Plaza de España, con un ambiente increible durante todo el día y en nuestro caso hasta la madrugada, al haberla visitado en Semana Santa y encontrarse la Concatedral de Santa María anexa a ella. Seguro que ninguna de sus fachadas os dejará indiferentes, desde el Palacio de los Mendoza hasta el Palacio de la China, además de que no os faltarán sitios de restauración donde poder disfrutar de unas ricas tapas de lo más variadas. O si el gentío os agobia un poco o preferís no tener que esperar demasiado, podéis moveros desde allí al parque López de Ayala, donde tenéis una oferta variada de restauración como el Restaurante Ciconia, Los Ángeles o las espectaculares hamburguesas del 35 Burger entre otros.
Otra información de interés:
Esperamos que con este post te hayamos ayudado un poquito más a organizar tu visita a Mérida o que en caso de que no lo tuvieses en mente, haber despertado en ti la curiosidad de hacerlo. Si tienes cualquier duda nos la puedes hacer llegar dejando un comentario abierto en este mismo post o a través de nuestro formulario de contacto.
Por supuesto, si has estado ya en la ciudad y quieres aportarnos más información, ésta es más que bienvenida y te animamos a que la compartas con nosotros y con el resto de tribus que nos leen igualmente a través de un comentario en abierto.