Recorriendo las Salinas do Ulló con la Tribu

Vigo como ciudad te podrá gustar más o menos, pero algo en lo que todos los que la conocemos coincidimos es que se encuentra en un enclave especial y único, en el que da igual que te desplaces en una dirección u otra, siempre, siempre vas a encontrar a pocos quilómetros un buen plan para hacer en familia, o con amigos, o con ambos (por supuesto, la opción de ir solo / sola también sirve, pero ya sabéis que aquí somos tribu). Uno de esos lugares que son un plan perfecto para pasar una tarde de fin de semana, os si venís de fuera a conocer un poquito Vigo y su ría es visitar as Salinas do Ulló, situadas en el concello de Vilaboa, a escasos veinticinco minutos de la ciudad en dirección a Pontevedra.

Pero, ¿qué son exactamente as Salinas do Ulló?

Pues para ser exactos y respetar la definición que la propia página oficial de las salinas recoge, as Salinas do Ulló son el complejo salinero más grande que se conserva en Galicia. Aunque el complejo salinero ya no está en funcionamiento, las salinas son a día de hoy un patrimonio natural de gran valor y donde destacan sus marismas y junqueras, en las que el agua dulce del río Verdugo se junta con el agua salada proveniente del océano con cada marea.

En las salinas os llamarán seguro la atención las lechugas de mar, una especie de alga a la que en Vigo y alrededores estamos acostumbrados, y también otras especies características como los castaños y otras no tan agradables si caes sobre ellas como es el caso de las ortigas (cosa que el peque de la tribu puede corroborar por experiencia propia).

Respecto a su fauna, su ecosistema sin duda es de lo más rico, pudiendo apreciar fácilmente mariposas, sapos, ranas, salamandras, mújeles (todo un habitual en la ría) y otras especies que seguro no os dejan indiferentes como son los delfines que con la marea alta incursionan hasta esta parte de la ría, nutrías, patos, cuervos y una preciosidad de cisnes, que si sois pacientes y esperáis hasta que empiece a ponerse el sol, os regalarán de despedida un majestuoso vuelo por encima de las salinas.

¿Cómo llegamos hasta las salinas y cómo las recorremos?

Para llegar a las salinas es tan sencillo como coger la carretera PO-554 y estar pendientes de las indicaciones que nos encontraremos llegando a Vilaboa, en dirección al cruce de la PO-550. Tras desviarnos no tendremos que avanzar mucho en coche hasta llegar a un aparcamiento que eso sí, no es demasiad grande, por lo que dependiendo del día y la hora a la que optéis por acudir es probable que tengáis que dar media vuelta y buscar algún hueco en el arcén del camino para dejar el coche estacionado.

Una vez estacionado el coche y justo frente al aparcamiento, os encontráis con el primer panel informativo / interpretativo, con un mapa de la ruta a trazar y los principales puntos de interés además de un pequeño texto en el que se recogen, a grandes rasgos los motivos por los que en el siglo XVII se pone en marcha el complejo salinero.

A lo largo de la ruta nos encontramos con varios paneles informativos que nos ayudan a enteder mejor lo que significaron las salinas desde el siglo XVII hasta su clausura y otros paneles en los que podremos identificar su flora y su fauna.

Para empezar la ruta, tomamos el camino de tierra que separa la salina en dos partes bien diferenciadas: a mano izquierda un vaso que contiene el avance del mar y a mano derecha la junquera.

Avanzando por el sendero de tierra, llegamos aun punto en el que tenemos dos opciones: tomar el camino de la derecha para introducirnos en un bosque que nos llevará a la Granja de las Salinas, que son las ruinas de lo que en su día fue la fábrica de sal, o como en nuestro caso optar por atravesar la ría cruzando el dique de piedra construido en el vaso más grande para retener el agua y que nos lleva hasta los restos de un antiguo molino de mareas.

Llegado a este punto tenemos dos opciones nuevamente, una de ellas (si tomamos hacia la izquierda), es la opción corta con la que bordearíamos directamente la salina hasta llegar al punto de partida, o tomar hacia la derecha y de ese modo ascender hasta un pequeño mirador desde el que podemos observar la ría hacia Rande, con la isla de San Simón en nuestro punto de mira. Es un buen punto para pararse a merendar en alguno de sus bancos o directamente en el suelo con los niños mientras ideamos algún juego grupal.

¿Qué decidimos continuar por ese camino? Pues entonces podréis llegar desde allí al pueblo de Arcade. Si no, llegado a un punto, la opción es dar la vuelta para finalizar la ruta circular. Optéis por una u otra opción, se trata de una ruta sencilla tanto para hacer a pie como con bicis. En caso de esto último, yendo con niños sólo tener en cuenta que para cruzar el dique es mejor que por su anchura (más bien escasa) os encarguéis vosotros de llevarlas de un extremo al otro del mismo.

Otras cosas que podemos hacer cerca de las Salinas do Ulló

En Vilaboa mismo y si vais con niños, un plan completo tras disfrutar de la naturaleza es parar a comer o a cenar en Mountain House que además de un parque de ocio infantil de lo más completo tiene una variada carta a base de ensaladas, entrantes, tostas, pizzas, huevos, hamburguesas, entre otros, con una buena relación calidad-precio. El local está abierto de martes a domingo en horario amplio y salvo que esté masificado por cumpleaños, es un plan para reponer fuerzas los adultos y que los peques terminen de descargar su energía.

Pero si aún estáis con ganas de naturaleza, otro plan es subir hasta el Parque Natural de Cotorredondo (o conocido también como lago Castiñeiras). Allí podréis, desde disfrutar de sus áreas recreativas con los peques, hasta recorrer a algunas de sus sendas o llegar a su mirador, desde el que disfrutar de una visión 360 de la Ría de Vigo, Pontevedra y Arousa.

Otra opción muy recomendable es hacer eso sí, unos poquitos más de quilómetros en coche, atravesando Arcade, hasta llegar hasta Soutomaior para visitar su castillo y sus bonitos jardines. Además, justo a su entrada tenéis la Cafetería O Castelo.

¿Qué queréis aprovechar el día al máximo por el interior de la Ría de Vigo? Entonces un buen plan es acercarse a continuación hasta Redondela y visitar la fervenza de Reboreda, comer (o más bien merendar-cenar) una buena tortilla, con unos pimientitos de padrón o una rica ración de empanada (por poner un ejemplo), en el furancho Reboraina, que en 2023 abrirá sus puertas entre el 1 de mayo al 31 de julio. Aunque también podéis sustituir la visita a la Fervenza por una visita a la Isla de San Simón, a la que podéis llegar en barco desde la Playa de Cesantes, aunque es importante que confirméis disponibilidad de fechas a través de este enlace.

Vista de la Ría de Vigo desde la Playa de Cesantes, con la Isla de San Simón a la derecha

Como llegar a las Salinas do Ulló

Otra información de interés:

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